VALORES CULTURALES Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

La i

nfluencia de los medios de comunicación en la formación o deformación de los valores de la sociedad, está fuera de duda. Ellos transmiten masivamente determinadas apreciaciones, valoran o no valoran tales o cuales acontecimientos o políticas, enfatizan como buenas ciertas acciones o conductas, al tiempo que neutralizan o condenan otras... ¿Quién podría dudar, por ejemplo, de la fuerza de cambio que significó para tantos la visita del Santo Padre en nuestro país? Los medios de comunicación, al incorporar a la nación entera a cada recinto, a cada lugar donde el Papa oró y habló, donde besó a un enfermo y abrazó a un campesino, amplificaron por millones su palabra y sus gestos, produciendo en muchos un fuerte impacto valorativos y cambios conductuales de verdad. Y como la fuerza de penetración de estos medios es enorme, debido a los adelantos de la tecnología y al desarrollo de las artes de la comunicación, en nuestras sociedades modernas ellos se van tornando cada vez más en verdaderos "formadoras de conciencias".

Quisiera hacer primero dos pequeños alcances y, luego, una reflexión sobre la importancia que le veo al papel que pueden desempeñar los medios al respecto.

El primer alcance se refiere a la gravitación que lo valórico tiene en una sociedad. Y quiero referirme particularmente a los valores éticos y morales. Aunque muchos puedan considerar que las ciencias o los negocios tendrían su propia autonomía y que el reino de lo valórico o de lo moral sería otro, a mí me parece que este asunto de los valores es central para el desarrollo humano de una sociedad. Los negocios la política, la economía, la

s ciencias de la guerra moderna. En fin, toda actividad humana se lleva conforme siempre a determinados principios, según se valore más una cosa u otra, según se considere uno u otro aspecto de la realidad como prioritario. Esto es lo que constituye el mundo de la valorización ética y nada queda ajeno a ello.

Un segundo alcance que querría hacer se refiere a que, en la vida privada o en la vida de la sociedad como un todo, no siempre los valores que se dice sostener son los que realmente rigen las conductas… Como hay personas que sostienen que para ellas lo más importante en la vida es Dios, y sin embargo en su conducta de corto y largo plazo hay muchas cosas de hecho muchísimo más importante que Dios. Esto lo digo porque muchas veces los valores que los medios de comunicación dicen transmitir y promover no son precisamente lo que de hecho transmiten y promueven. Entonces nos confundimos, porque las palabras se tornan engañosas y tienen otro significado del que aparentan.

Cuando la publicidad por ejemplo, nos convence de que, para ser felices, hay que comprar más y más cosas de tal forma y no de otra, no es la felicidad humana la que importa, como se dice, sino que se consuma más, para más ganancia de los proveedores.